Hemos pasado una larga temporada en silencio. Ha coincidido con el encierro marcado por el Covid19. En estas circunstancias excepcionales hay quien decide escribir, hablar, exponerse como sea en las redes y hay quien decide callar.

Ha sido tal el impacto vivido, que El cocodrilo azul ha optado por lo segundo.

Necesitaba silencio.

Necesitaba seguir viendo y observando, precisamente para después, volver a escribir.

Las emociones y los sentimientos por lo experimentado en el aislamiento necesitaban reposo, silencio, soledad. La soledad de quien se acompaña de íntimas palabras. Palabras provocadas por sensaciones inéditas hasta el momento. Palabras articuladas como otras pero en una situación excepcional.

¿Qué palabras han sonado y resonado?

Descentramiento, Perplejidad, Soledad, Silencio, Acompañamiento, Amor, Furia, Tristeza, Nostalgia, Dolor, Abrazo, Beso, Vida, Muerte, Actividad, Parón, Desasosiego, Alegría, Encuentro, Lectura, Escritura…

Mientras que seamos capaces de poner palabras a lo que vivimos, estamos salvados.

Dicen que los que mejor asimilarán esta inesperada y cruda experiencia, son quienes tienen vida interior. Sin duda. Hacía mucho que no teníamos tiempo para enfrentarnos a nosotros mismos, sin excusas, sin distracciones. Ha sido todo un reto. Hemos pasado por diferentes etapas, a veces indescriptibles, otras de pena, otras de miedo, algunas incluso de alegría.

Las palabras son un buen punto de apoyo.

Palabras leídas, dichas, sabidas, inventadas. Palabras que han liberado nuestras múltiples emociones. Palabras que hemos dicho o que hemos callado. También palabras escritas, en un papel, en un cuaderno, en nuestra mente.

Las palabras nos salvan. Hemos tenido muchas horas para leer o para dejar de hacerlo. Muchos de los que trabajamos con palabras, hemos parado. Hemos vacilado y no hemos podido decir nada. Solo hemos esperado.

En algún momento se abriría la puerta de la esperanza. Se ha abierto de muchas maneras, desde dentro, desde el silencio guardado con calma y la paciencia que ha hecho posible lo que nos hubiera parecido imposible: atravesar un desierto. ¡Lo hemos atravesado cargados de palabras!

El cocodrilo azul os invita a compartir en comentarios, vuestras palabras. Pueden estar sueltas, no requieren explicaciones. Una vez vistas las que se repiten, buscaremos libros cuya temática gire en torno a dichas palabras.

 

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