En el aula se crean diversos espacios por los que los niños se mueven para aprender distintas cosas. Uno importante sin lugar a dudas es el rincón de la lectura.
Es un hecho que tanto padres como profesores, bibliotecarios y mediadores culturales, se plantean continuamente cómo despertar el deseo de leer desde edades tempranas. Nadie tiene la varita mágica al respecto y el grupo que se tenga delante, con sus características particulares, determinará la acción del maestro.
La cuestión es que antes de plantearse el tema del hecho de leer, es posible pensar dónde y cuándo hacerlo. Es muy fácil crear un rincón de lectura en el aula, así como encontrar el lugar favorito para leer en casa.
No hablo de la biblioteca de aula que se suele reducir a colocar estanterías con libros, sino de crear un espacio acogedor con una función propia, especialmente en los cursos de Infantil y Primaria. Un lugar donde cada lector pueda ir, coger un libro y sentarse o tumbarse en el suelo para hojearlo y además, que pueda hacerlo en silencio.
Este mismo lugar servirá para crear un vínculo afectivo entre el maestro, que sentado a la altura de los niños leerá apasionadamente a unos alumnos que no querrán perder ripio de la historia que quedó a medias ayer.
Un rincón creado por cada uno, igual que se crea el de manualidades o ciencias.
Un rincón donde al acabar la tarea se pueda ir libremente y abrir un libro cualquiera, el que realmente se quiera leer.
Un rincón cálido con moqueta y cojines que recuerden el lugar de los juegos.
Después se dará el paso a la biblioteca del centro o a la municipal más cercana. Allí también habrá que buscar un lugar propio para trabajar en silencio y soledad. El aislamiento que el lector encuentra en la biblioteca, propicia el encuentro con un mundo de personajes y lugares inesperados, que causa auténtica satisfacción.
Ambas cosas, silencio y soledad, no deberían traumatizar a nadie, ya que están en la base de cualquier trabajo intelectual. Si antes he aludido al maestro que lee en voz alta o también al padre o a la madre que lo hace por la noche, es porque es el paso previo importantísimo para una lectura personal. Primero descubrimos los libros con los otros. Luego, somos nosotros los que descubrimos un mundo propio como lectores.
En cualquier caso, la soledad y el silencio necesarios para leer, favorecen la concentración y la posterior socialización, porque cuando leemos, queremos compartir lo leído.
En un mundo «hiperconectado», esto puede dar cierto vértigo, pero uno de los elementos placenteros de la lectura es la tranquilidad que proporciona, frente a la ansiedad que produce mirar el móvil sin parar.
Descubrir el aspecto lúdico de la lectura tiene que ver con el juego, que es una actividad libre y limitada en el espacio y el tiempo, con reglas propias y posibilidad de repetición. Por tanto, el juego es y crea, orden.
El juego, como la lectura, traslada a espacios y tiempos fuera de lo real. Como el ser humano necesita soñar, se encontrará entre libros como pez en el agua, en cuanto descubra ese mundo mágico.
En las páginas de los libros se buscan inconscientemente y de hecho se encuentran, las palabras que dan voz a la propia experiencia. Así el lector se crea y se recrea llenando unos tiempos que de otro modo serían tiempos muertos en los que no sabría qué hacer.
Quizás en ese rincón creado con esmero y mimo se encuentre la respuesta al tiempo en que unos han terminado los deberes y otros no, porque cada alumno tiene un ritmo de trabajo que conviene respetar, aun sin dilatar en exceso el tiempo que conviene a cada actividad planteada.
Al margen de las capacidades, está también la velocidad y la disposición propia. Si el niño sabe que cuando termine el trabajo que tiene entre manos, le espera su héroe favorito, quizás se concentre mejor para ir a vivir la deseada aventura.
Quizás ese deseo de aventura refuerce la concentración y aumente el rendimiento.
Quizás tengamos un tesoro escondido en el rincón de la lectura.
Para empezar, me ha encantado esta entrada porque creo que la lectura es algo maravilloso tanto para pequeños como para mayores. En cuanto al saber transmitir el gusto por ella creo que es algo que en general nos cuesta y por ello, es importante buscar maneras diferentes y atractivas sobre todo para los peques. Además, las ideas que se transmiten del rincón de la lectura en el aula como un lugar relajado en el que el niño pueda estar solo disfrutando de un libro me parece como el principal objetivo que tiene la lectura, disfrutar.
En mi opinión, como ya he dicho, la lectura es imprescindible y como futura maestra veo necesario tener en el aula un rincón dedicada a la misma. Creo que si los maestros y familias se ponen de acuerdo pueden crear un ambiente en casa al igual que en el aula dónde el niño se sienta cómodo en los dos y vea que tiene un lugar similar en ambos ambientes. Además, las familias deben transmitir este gusto a la lectura fundamentalmente dedicando tiempo a la misma, contando cuentos a sus hijos e incluso que sean ellos quien se los cuenten a sus padres fomentando así su imaginación y creatividad.
Me parece muy interesante el planteamiento que de hace del rincón de la lectura como un espacio de juego y de recompensa por acabar la tarea o el ejercicio propuesto. Creo que es una forma muy buena de fomentar la lectura en los niños y de crear en ellos un sentimiento de placer a la hora de leer un libro.
Además, estoy de acuerdo en que el silencio y la soledad en este tipo de espacios no nos tiene que dar miedo ni producirlo en los niños, pues pienso que son momentos únicos que vivimos con nosotros mismos y que debemos aprender a apreciar.
Estoy totalmente de acuerdo con esta entrada en el valor que se le da al hecho de tener un rincón de la lectura, pues considero que es una buen forma para motivar al alumno a leer, al igual que se le da la suficiente libertad como para escoger, entre diversos libros, aquel que más le apetezca leer o escuchar en ese momento. De la misma manera, coincido con la idea de que este mismo lugar para leer debe encontrarse también en el hogar, pues es el mejor método para que el niño siga teniendo ganas de leer aún cuando no esté en la escuela e incluso pueda llegar a invitar a sus padres a dicho rincón. Igualmente, veo el rincón de la lectura como un lugar esencial para cualquier niño pues le ayuda a desarrollar su imaginación y su creatividad mientras está leyendo o escuchando un cuento, así como le permite estar relajado y concentrado.
Este post me ha parecido muy interesante por la reflexión que se hace sobre el rincón de la lectura en la sociedad actual. Estoy completamente de acuerdo de que lectura se debe ver como un juego y una actividad libre marcada por unas reglas.Considero que es importante luchar contra estos espacios porque muchas veces da miedo enfrentarse a ellos.
Por eso el docente junto con la familia tienen una gran responsabilidad para trabajar este espacio con los niños de manera atractiva y adaptándonos a sus necesidades y preferencias.
Un saludo
Como futura maestras, creo que la lectura es de los aspectos más importantes para el desarrollo del niño, para ello debemos conocer como trabajar en el aula este aprendizaje.
Como bien se dice en esta entrada, debemos crear diferentes espacios en aula que permitan a los niños diferenciar cada actividad, por ejemplo un espacio de arte, de dibujo, y por lo tanto un espacio dedicado únicamente para la lectura, que permita a los niños y al maestros dedicar un tiempo a esta actividad, de manera tranquila. Este rincón permitirá al niño aprender cómo debe comportarse a la hora de leer, y poco a poco se le podrá ir introduciendo en otros espacios dedicados a esta tarea como puede ser una biblioteca.
Para finalizar, realizando esta actividad el niño puede aprender que estar solo no siempre es malo, sino que todos necesitamos un espacio para nosotros mismos.
En este post se revela la importancia de que exista un lugar especial para cada ocasión, en este caso, se trata del rincón de la lectura. Desde las edades más tempranas, despertar la curiosidad, el interés, el gusto y la motivación por la lectura es una de las tareas más grandes que tenemos como futuras docentes. Existe una gran diferencia entre leer un libro por interés que simplemente por mera obligación. Bien sabemos que ya desde primaria, cuando se comienza propiamente a evaluar, los niños desarrollan un rechazo hacia los libros y la lectura. En la mayoría de los casos, esto suele ser así porque no se les enseña de una manera lúdica y didáctica que, al igual que existen grandes libros en el mundo, existen grandes mundos en los libros los cuales deben ser descubiertos como si del mejor tesoro se tratara. Debemos darle a los libros el lugar que se merecen en nuestra vida y situarnos con ellos en ese espacio solitario y tranquilo ( siempre evitando que se convierte en abrumador), de tal manera que nuestro grado de creatividad, de imaginación y conocimiento, crezca cada día más y nuestros niños anhelen con ansias retomar el momento y la página exacta en la que se quedaron. Estoy convencida de que, con esfuerzo y dedicación, muy pronto lo conseguiremos.