El unicornio es uno de los animales fantásticos con mayor tradición literaria. Su figura se remonta a la Antigüedad y permanece viva hasta hoy.

El médico e historiador griego Ctesias de Cnido (s. V-IV a.C.), dice en sus escritos que es un animal que existe en la India y  tiene propiedades terapéuticas. Probablemente se refería a un rinoceronte.  Así entra  en el imaginario colectivo occidental.

El unicornio es un ser salvaje y rebelde que sólo puede capturarse mediante una estratagema. Según la tradición solo una virgen puede acercarse al animal. Los cazadores dejan una doncella sola en el claro del bosque y se esconden. Lo capturan cuando el animal se acerca a la doncella y se duerme en su regazo.

Los bestiarios medievales destacan el poder de su cuerno para descubrir y neutralizar venenos.

Simbología

La religión cristiana lo convirtió en símbolo de pureza y castidad. Su caza alude a la Pasión de Cristo.

Cuando el unicornio está posando pacíficamente las patas sobre la doncella se interpreta como la Encarnación de Jesús en el seno de la Virgen María (Tapices Museo Cluny, Paris– siglo XV)

El unicornio se convertirá en un tema recurrente en el arte y en pieza clave de la literatura fantástica, desde la edad Media hasta la actualidad.

     “Harry nunca había visto nada tan hermoso y tan triste. Sus largas patas delgadas estaban dobladas en ángulos extraños por su caída, y su melena color blanco perla se desparramaba sobre las hojas oscuras.
Harry había dado un paso hacia el unicornio cuando un sonido de algo que se deslizaba lo hizo congelarse donde estaba. /…/ La figura encapuchada llegó hasta el unicornio, bajó la cabeza sobre la herida del animal y comenzó a beber su sangre .”

                                      (J.K. Rowling: Harry Potter y la piedra filosofal, Barcelona: Salamandra)

En esta versión actual  Lord Voldemort (símbolo del Mal) y antagonista de Harry (símbolo del Bien), necesita la sangre del unicornio para alargar su vida. Al haber matado a un ser puro, la maldad de Voldemort aumenta.

El poder del cuerno

El cuerno del unicornio descubre y neutraliza los venenos; es un afrodisiaco y sirve para curar la epilepsia.
Donde vive suele haber un gran lago al que van a beber todos los animales. Antes de que éstos se reúnan, la serpiente derrama su veneno en el agua. Los animales, que perciben el veneno, se apartan y aguardan al unicornio. Cuando llega, entra en el lago y hace la señal de la cruz con el cuerno, que es el antídoto del veneno. Entonces todos los animales pueden beber.

La captura del unicornio


Esta escena pertenece al manuscrito Ashmole 1511 del Bestiario de Oxford de la Biblioteca Bodleain que se ha conservado intacto. Este manuscrito está compuesto de 131 miniaturas pintadas a la aguada sobre fondo de oro.
Es uno de los trabajos más destacados de la pintura inglesa de transición del románico al gótico (1180-1220).  Fuente primaria que junto al Physiologus ha permitido actualmente llevar a cabo trabajos sobre este tema.

Esta escena está encuadrada, aunque el miniaturista rompe el encuadre cuando le conviene.

Está dividida en dos partes que se comunican.

El lancero de azul traspasa la zona izquierda que corresponde a la doncella con el unicornio. El otro lancero se mantiene en el lado derecho.

El arquero permanece inmóvil y lleva una túnica del mismo color que el tallo de las plantas. El fondo es dorado, color de la realeza. Destaca  el azul del manto de la doncella, cuya figura corresponde a la de la Virgen María. El color  considerado mucho tiempo de los bárbaros, se convierte en el siglo XII  en un color divino.

Dos de los cazadores tienen las calzas, rojas, color de sangre y guerra.
Las caras son expresivas. La de la Virgen es más serena que la de los cazadores. Ella acaricia al unicornio. Sus brazos y manos son rígidos mientras que los brazos del lancero de azul son más flexibles. El unicornio tiene cara de dolor.
La Virgen está coronada. Dos de los cazadores tienen la cabeza cubierta de blanco y el otro la mantiene descubierta.
Las plantas de la izquierda parecen grandes lirios, símbolo de la pureza. La planta de la derecha parece un racimo. Tendría sentido que fueran uvas, símbolo de la Eucaristía.

Los colores

Hacia 1130 el abad Suger hace reconstruir la iglesia abacial de San Denis y quiere utilizar colores para disipar las tinieblas, empleando sobre todo el azul, color del cielo. Se empleará profusamente en las vidrieras y se llamará azul cobalto.

Los miniaturistas eran normalmente monjes que trabajaban en la biblioteca de los monasterios. Experimentaban con el color, se interrogaban sobre el fenómeno del arco iris y hacían también experimentos ópticos. Unos, como el abad Suger decían que el color era luz. Otros, como San Bernardo de Claraval, pensaban que el color era algo abominable de lo que había que preservar a la Iglesia.

La demanda del azul aumentó no sólo para pintar, sino también para teñir la ropa. Se convirtió en el color de la nobleza.
Esto tuvo consecuencias económicas e hizo que se desarrollaran regiones como Turingia, Toscana, Picardía y Toulouse, con el cultivo del glasto, que es la planta de la que se extrae el azul.

Se calcula que el 80% de los gastos de construcción de la catedral de Amiens se cubrieron con los vendedores de glasto . En Estrasburgo los vendedores de granza o rubia, planta de la que se extrae el color rojo, estaban furiosos y encargaron un diablo de color azul en una vidriera, para desvalorizar este color.

En el siglo XVI, la Reforma extenderá su moral hasta los colores, calificándolos de dignos o indignos. La paleta protestante se articulará en torno al blanco, negro, gris, marrón y azul.
Podemos ver cómo Rembrandt, que era calvinista tiene una paleta menos colorista que Rubens, que era católico.

La guerra entre el rojo y el azul durará hasta el siglo XVIII.

La utilidad del unicornio

El unicornio se considera una criatura hermosa y se dice que era abundante en el hemisferio norte. La denominación latina, unus y cornus, da Unicornio. Las leyendas dicen que habitaba en los bosques de China, Japón e Indonesia en su variedad de Unicornis sinoensis. El Unicornis carcadan vivía en Arabia, India, norte de África y Oriente Medio. El Unicornis europa podría encontrarse en casi todos los países europeos del continente y el Unicornis alba era oriundo de las isla Británicas.

El unicornio, a diferencia de otros ungulados, no va en manada, sino que es un animal solitario. Macho y hembra sólo se encuentran para el apareamiento. El potrillo nacía sin cuerno y permanecía junto a su madre hasta que el cuerno crecía del todo.
Las diferentes especies de unicornios presentan ligeras variaciones de aspecto.  Sin embargo, todos tienen cabeza y cuerpo de caballo, patas de antílope, cola de caballo o de león y barba de chivo.

Su rasgo característico es el cuerno de la frente, largo, afilado y en espiral. Este cuerno constituía un arma temible, sobre todo si se tiene en cuenta que el unicornio es un animal feroz y agresivo y más rápido que cualquier otra criatura terrestre.

Los unicornios adultos protegían su territorio de forma agresiva.

Los elefantes se apartaban de su camino, aunque los leones vivían a veces amigablemente en su territorio, ya que no competían por la comida. El león, aunque es un carnívoro, jamás atacaba a un unicornio porque temía su cuerno afilado.

La desgracia del unicornio fue que el hombre descubrió que su cuerno era un infalible antídoto contra los venenos.
Si se echaba vino envenenado en una copa hecha de cuerno de unicornio, el veneno se volvía inofensivo. Lo mismo ocurría con los platos y cubiertos.
Los gobernantes del mundo antiguo que vivían constantemente bajo la amenaza de envenenamiento, pagaban enormes sumas por estos cuernos y los cazadores arriesgaban su vida para conseguirlos.

Junto al león se convirtió en un tótem para los bretones.

La realidad

Estamos hablando del narval, cetáceo que tiene un diente largo con forma de sacacorchos de hasta dos metros de longitud.

En la Edad Media los vikingos se dedicaron al comercio de colmillos de narval, presentándolos como cuernos de unicornios.

La existencia del animal real se mencionó por primera vez en el siglo XVI.

Así, parece que los feroces vikingos eran los únicos que en su época vivían inteligentemente anclados en la realidad.

Pin It on Pinterest