Ayer falleció el famoso escritor e ilustrador inglés David McKee.

Estará siempre con nosotros gracias a su inolvidable personaje Elmer, protagonista de una serie de alegres e interesantes cuentos.

El primero de la serie, Elmer, habla de la importancia de aceptarnos tal y como somos y de la diversidad.

Si soy diferente ¿qué puedo aportar a los demás?

Elmer emprende un viaje a través de la selva huyendo de su manada de elefantes grises porque quiere ser igual, dado que él es de colores. En el viaje de ida todos los habitantes de la selva lo reconocen, precisamente porque es diferente. Le llaman por su nombre. El nombre nos identifica.

En el viaje de vuelta, como se ha revolcado en unas bayas para ser gris, nadie lo reconoce. No le pueden nombrar.

En la manada ocurre algo similar. Sin embargo, hace lo que solo él sabe, tiene una especial habilidad para hacer reír a los demás. Ese descubrimiento le afianza en su realidad.

Soy diferente y tengo algo diferente que aportar, algo que es exclusivamente mío, es «mi ser» y no mi apariencia, lo que me da la identidad.

Es impresionante cómo en una breve historia infantil un escritor-ilustrador, puede volcar una profunda realidad. Sin nombrarla, sin decirla, pero ahí está. Es la historia profunda, la que llega al corazón a través de la aventura que en cualquier obra literaria es anecdótica. La trama es el pretexto para transmitir una idea. El lector, de forma consciente o inconsciente, la captará.

En el 2014 celebramos el 25 aniversario de Elmer y a día de hoy nadie puede cuestionar su rabiosa actualidad. Elmer es un clásico que ningún niño se debería perder.

David McKee permanecerá siempre vivo. D.E.P.

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