La  metaliteratura es posible en los libros infantiles.

El autor contemporáneo que más admiro, Anthony Browne, lo ha conseguido magistralmente y en pocas páginas en «Los cuentos de Willy». 

Willy

Sobre el famoso chimpancé del autor, hablé en la entrada correspondiente a dicho autor en este mismo blog.

El narrador es Willy, que invita al lector a atravesar con él  las puertas que le lanzan  a maravillosas aventuras.

Hace falta ser un genio para introducir de forma sutil a los niños en el mundo del arte en general, tal como hace Browne en Willy el soñador y en el mundo de la literatura en particular como hace en este último libro. La primera edición en inglés data del 2014. La primera edición en español es de 2018, del Fondo de Cultura Económica en la colección Los especiales «A la orilla del viento».

Anthony Browne dedica el libro a todos los autores e ilustradores que le inspiraron.

Hay elementos recurrentes en las obras de Anthony Browne. En Willy el soñador los plátanos están presentes en cada una de las ilustraciones.

En esta ocasión el elemento recurrente es el libro. Unos y otros elementos son los que deberá encontrar el lector. En todos los casos dan sentido a la historia.

La lectura del álbum ilustrado

Como en cualquier álbum ilustrado, se lleva a cabo una lectura simultánea del texto y la imagen.

Si el lector aún no sabe leer, mirará la imagen al hilo de lo que el adulto lee, asociándola hábilmente a las palabras. Tras varias lecturas de un texto, será capaz de pasar las páginas en el momento correspondiente. También recitará la historia mirando solamente las ilustraciones.

Si el adulto introduce nuevos elementos o los cambia, el niño le corregirá. Es un magnífico ejercicio que permite ver cuál es realmente su capacidad de atención y su memoria.

Los cuentos de Willy

Se puede hacer una lectura superficial e inocente del libro, respondiendo a las preguntas con que cierra cada secuencia mirando la ilustración.

También puede hacerse una lectura posterior en la que se vaya a la obra aludida. Es una historia que contiene otras muchas historias.

 En cada secuencia se esconde un clásico de la literatura universal. Si somos buenos lectores, veremos todas las referencias escondidas. El autor se compadece de los lectores en la ilustración final.

La sutileza es una de las características de este autor infantil. Sus obras son sugerentes. Y es que escribe pensando en pequeños lectores inteligentes. La literatura debe sugerir más que decir. Cuando en una obra todo está dicho de forma explícita, resulta aburrida porque el lector no resuelve nada. Esto que es una realidad en la literatura de adultos, lo es igualmente en la literatura infantil.

Creo que me apasiona este autor porque sus libros nunca se acaban. Admiten diversas lecturas para diferentes etapas lectoras. Las ilustraciones son igualmente sugerentes y originales. Es un autor que ningún lector se puede perder.

 

 

Pin It on Pinterest